Un director de cine inquieto y audaz planea hacer un peligroso viaje hacia una isla de la cual sólo él sabe cómo llegar. Su objetivo: filmar a una leyenda llamada Kong, un temible monstruo. Tiene casi todo lo necesario: el mapa de la isla, poderosas bombas de gas, hombres bien armados pero le falta lo más importante: una hermosa protagonista. una bella morocha (Ann Darrow) . El rescate de la muchacha lo llevan a cabo muchos valientes marineros pero en la isla habitan diversas criaturas prehistóricas que junto con Kong casi exterminan a los rescatadores. Sólo sobreviven Denham y Driscoll, el primero logra regresar a pedir ayuda mientras que el segundo consigue arrebatarle la mujer a Kong. Fúrico por su pérdida el gorila los persigue hasta la misma muralla la cual destroza al igual que gran parte de la aldea. Denham logra lanzarle una bomba de gas en la pileta con mucha agua que lo hace caer inconsciente y decide llevarlo encadenado a Nueva York con el fin de montar un grandioso espectáculo.
Es exhibido ante un numeroso público, donde se le presenta con el sobrenombre de King (rey en inglés). Durante su primera aparición en público, Kong consigue escapar, busca a su adorada Ann y la vuelve a capturar entre sus garras y la lleva hasta lo alto de la torre en donde es abatido por biplanos. En la calle el cuerpo exánime de Kong es rodeado por gente curiosa y un policía le dice a Denham que por fin los aviones terminaron con el monstruo y éste corrige diciendo "no fueron los aviones, fue la belleza quien mató al monstruo".
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